lunes, 6 de diciembre de 2010

Grecia

MITO DE LA CAVERNA
Para Platón el mito de la caverna es una forma mítica el drama de la existencia humana con relación al conocimiento y a su destino.
La caverna subterránea, es este caso, simboliza a la prisión humana en cuyo interior los prisioneros se encuentran encadenados e inmovilizados, atados de pies y manos por unas cadenas que representan las pasiones que todos tenemos.
La oscuridad que reina en la prisión simboliza aquí el estado de la ignorancia humana, privada doblemente de la luz y de los movimientos. A su vez, el interior de la caverna representa al mundo sensible captado por los sentidos.
La luz que ingresa a la caverna, Platón lo toma como las ideas que los seres humanos tenemos, y el encadenamiento representa a su vez que muchas de las personas tenemos miedo de ver la realidad, por tanto nos enfrascamos en algo distorsionado de ella, y vemos solo lo que nosotros deseamos. Se dice que un determinado tiempo las personas que están en la realidad, que son las que se han atrevido a dar ideas, pensar y tener acceso al conocimiento regresan con los ojos lastimados, muestra del daño que les ha causado la luz (realidad), y esto es lo que hace nacer el temor en los que aun están en la caverna y es cuando deciden no salir y quedarse en la caverna.


MITO DE SISIFO

El mito de Sísifo es un ensayo filosófico de Albert Camus, originalmente publicado en francés en 1942 como Le Mythe de Sisyphe. El ensayo se abre con la siguiente cita de Píndaro:
"No te afanes, alma mía, por una vida inmortal, sino que apura el recurso hacedero."

El título del ensayo proviene de un atribulado personaje de la mitología griega. En él, Camus discute la cuestión del suicidio y el valor de la vida, presentando el mito de Sísifo como metáfora del esfuerzo inútil e incesante del hombre moderno, que consume su vida en fábricas y oficinas sórdidas y deshumanizadas.

De esta forma planea la filosofía del absurdo, que mantiene que nuestras vidas son insignificantes y no tienen más valor que el de lo que creamos. Siendo el mundo tan fútil, Camus pregunta, ¿qué alternativa hay al suicidio? El ensayo se inicia: No hay sino un problema filosófico realmente serio: el suicidio.

Sísifo, dentro de la mitología griega, como Prometeo, hizo enfadar a los dioses por su extraordinaria astucia. Como castigo, fue condenado a perder la vista y empujar perpetuamente un peñasco gigante montaña arriba hasta la cima, sólo para que volviese a caer rodando hasta el valle, y así indefinidamente.

Camus desarrolla la idea del "hombre absurdo", o con una "sensibilidad absurda". Es aquél que se muestra perpetuamente consciente de la completa inutilidad de su vida. Ésta, afirma, es la única alternativa aceptable al injustificable salto de fe que constituye la base de todas las religiones (e incluso del existencialismo, que por tanto Camus no aceptaba completamente). Aprovechándose de numerosas fuentes filosóficas y literarias, y particularmente de Dostoievski, Camus describe el progreso histórico de la conciencia del absurdo y concluye que Sísifo es el héroe absurdo definitivo.

En su ensayo, Camus afirma que Sísifo experimenta la libertad durante un breve instante, cuando ha terminado de empujar el peñasco y aún no tiene que comenzar de nuevo abajo. En ese punto, Camus sentía que Sísifo, a pesar de ser ciego, sabía que las vistas del paisaje estaban ahí y debía haberlo encontrado edificante: "Uno debe imaginar feliz a Sísifo", declara, por lo que aparentemente lo salva de su destino suicida.


La obra se cierra con un apéndice sobre la obra de Franz Kafka, interpretada finalmente de manera similar, en términos de un esteticismo, a su modo, esperanzador.

¿Qué es el arte?

EL ARTE SEGÚN PLATÓN




Platón plantea que el arte es la imitación o la copia de lo que el artista cree que es la realidad o la verdad, siendo así que el artista por tratar de imitar la verdad está alejado dos pasos o dos veces de la verdad. Platón valoraba las obras artísticas del hombre, como las pinturas y las esculturas, pero su interés por la Verdad lo llevaba a menospreciar el trabajo artístico porque para él en la pintura, el pintor se limita a ver simplemente lo que percibe desde un solo punto de vista, el de él, que está lejos de lo Verdadero. También decía que la música no era más que una sensación física de goce, considerando que sólo se puede considerar como buena música a la que imita el bien, porque Platón afirmaba que al igual que en la pintura, en la música también se debía buscar la verdad y no quedarse solo con lo que la sensibilidad disfruta.

A pesar de que Platón parece expresar que para él el arte no es bueno, él creía muy conveniente que el Estado diera lugar al arte no solo para educar sino también para el sano esparcimiento, ya que una obra artística revela la imaginación creadora de un artista, en cuanto a que es imitación de la Verdad, para conmover emocionalmente al público, por lo tanto se debía tener mucho cuidado con esto, ya que las emociones del artista (ser humano) pueden ser tanto dañinas como beneficiosas.

Con todo, Platón estaba completamente seguro de que el arte ocupaba un lugar sumamente importante en la vida y la actividad del hombre que según su punto de vista no se tenía que reducir a la contemplación estética sino que debería estar al servicio de la educación y la moral.
Platón no acepta de ningún modo la opinión de la gente común de que el objetivo del arte sea proporcionar placer, sin por eso querer desdeñar complacerse con la satisfacción que produce. Platón propone también un estricto control y una censura rigurosa del arte en cuanto se refiere a las expresiones que no tengan en cuenta los valores morales.

Platón rechaza todo arte que no sea un fiel reflejo de la verdad, ya que no vale nada porque no sirve a los efectos de la educación. De esta manera define el arte Platón, como una simple imitación de la Verdad cuando es bueno y como una doble imitación, cuando copia la realidad que el artista percibe, que a su vez Platón considera que es una copia de la Forma verdadera.

EL ARTE SEGÚN ARISTÓTELES
 

Para Aristóteles el arte es una de las virtudes dianoéticas, y es la capacidad de saber hacer o producir de manera racional.

Bien comencemos dando una explicación de los términos para poder tener una mejor comprensión. Para Aristóteles una virtud es un hábito o modo de ser por el cual el hombre se hace bueno y ejecuta bien la función que le es propia.
Divide virtud en dos grupos que son: las éticas y las dianolésticas.
Entendemos por éticas, a la correcta satisfacción de los placeres, a la relación con los demás y a la formación de nuestro carácter; y las dianoéticas son aquéllas virtudes que son exclusivamente humanas, con una gran relación con el alma intelectiva (la que hace único al ser humano de los demás seres vivos) y corresponden al buen empeño de la parte racional del alma. Por ejemplo tenemos a: la ciencia, la sabiduría, la inteligencia intuitiva, la prudencia y el arte.
Aristóteles establece una diferencia entre lo contingente (“lo que puede ser de otra manera”) y lo necesario (lo universal, que no puede ser de otra manera). Entre lo que es contingente diferencia el objeto producido y la acción que lo produce. La producción es objeto del arte y un modo de ser (virtud) racional productivo, es decir, a través del arte siempre se produce algo; mientras que la acción es objeto de la prudencia y otro modo de ser (también virtud) racional práctico, ya que te ayuda en tu vida diaria.
Con todos estos conceptos llega a decir que el arte es el “modo de ser productivo acompañado de razón verdadera”, es decir, que todo el mundo produce, pero no todos tienen arte y aquí es donde se puede apreciar su visión teleológica de la Naturaleza: todo en ella tiende a la perfección; algo producido con arte, es algo perfecto.
Esta visión teleológica de la Naturaleza tiene otra visión teleológica paralela, la del ser humano, cuyo fin es alcanzar el Bien Supremo, es decir, la Felicidad. Aristóteles dice que el hombre que produzca algo con arte, será feliz, pero no del todo, ya que para alcanzar la completa Felicidad tendrá que haber desarrollado plenamente todas sus facultades intelectuales.
Esta Ética de Aristóteles basada en las virtudes se relaciona con su Teoría del conocimiento por medio de los saberes. Aristóteles dice que todos los hombres (por naturaleza) desean saber, y el punto de partida de este saber es la ignorancia. Distingue tres tipos de saber: el técnico, el práctico y el teórico. El saber teórico es especulativo, contemplativo, que no tiene ningún fin ni utilidad, pero su objetivo
 es conocer la realidad y sus causas.
Este saber se relaciona con las virtudes dianoéticas de la ciencia, la sabiduría y la inteligencia intuitiva, y sus ramas son la Física, la Metafísica, las Matemáticas y la Teología. El saber práctico es el destinado a orientar y guiar la acción humana, está relacionado con la prudencia y sus ramas son la Ética, la Política y la Economía. Por último, el saber técnico o productivo tiene como fin la producción de ‘algo’, está relacionado con el arte y sus ramas son la Arquitectura, la Poesía y la Retórica.
Por tanto, Aristóteles concluye que “el arte es un modo de ser (virtud) productivo (dedicado a la producción de algo) acompañado de razón verdadera (aquello que se produce conforme a un determinado método); y por el contrario, “la falta de arte es también un modo de ser productivo pero acompañado de razón falsa”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario